*LA PRIMERA VICTORIA DE CRISTO.
(Health Reformer, agosto de 1875).
Dios ha expuesto en su Palabra las condiciones de acuerdo con las cuales se elegirá a cada alma para la vida eterna: la obediencia a sus mandamientos, mediante la fe en Cristo. Las medidas tomadas para la redención se ofrecen gratuitamente a todos, pero los resultados de la redención serán únicamente para los que hayan cumplido las condiciones. PP
*LA PRIMERA VICTORIA DE CRISTO.
Para que andéis como es digno del Señor,
agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el
conocimiento de Dios. Col. 1:10.
LA VERDAD DE DIOS, REVELADA EN SU
PALABRA, es un principio viviente y permanente. NO DEBE SER considerada como una influencia entre muchas otras,
sino que debe estar sobre todas las otras. EJERCERÁ
poder en la vida y la conducta hasta que todo el ser sea asimilado a la imagen
del Modelo perfecto, y el agente humano sea completo en Cristo Jesús.
"POR TANTO, de la manera que habéis recibido
al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él", no
en uno mismo, no en las ideas de los hombres, sino "en él, y confirmados
en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las
tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según
Cristo" (Col. 2:6-8).
EL MAYOR PELIGRO PARA UDS. consiste
en que no vean la necesidad de contemplar el carácter de Cristo con el
propósito de imitar su vida y conformar sus caracteres al de El. DEBE VERSE una marcada diferencia entre
los de Uds. y el que se manifiesta en el mundo. "Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él,
que es la cabeza de todo principado y potestad" (Col. 2:9,10).
LAS SUBLIMES VERDADES DE LA BIBLIA son para nosotros individualmente; para regir, guiar y controlar nuestra vida, porque ésta es la única manera mediante la cual Cristo puede ser representado adecuadamente ante el mundo; mediante la gracia y hermosura del carácter de todos los que profesan ser sus discípulos. Nada menos que un servicio de corazón será aceptable para Dios.
EL REQUIERE la santificación del ser entero: cuerpo, alma y espíritu. El
Espíritu Santo implanta una nueva criatura y modela el carácter humano mediante
la gracia de Cristo, hasta que la imagen de Jesús es perfecta. Esto es
verdadera santidad...
EL ESPÍRITU QUE UDS. MANIFIESTAN,
sus palabras e influencia, causan impresiones en las mentes de otros. Si la
atmósfera que rodea el alma es mala, será como una malaria espiritual que
envenenará a los que estén alrededor. Pero es beneficioso para el alma tener
una atmósfera que sea para otros sabor de vida para vida. CUANDO EL SER está lleno de la verdad que obra por el amor y
purifica el alma, lo impregna una atmósfera celestial.
"EL QUE ANDA CON SABIOS, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado" (Prov. 13:20). Toda alma que pretende creer la verdad debiera manifestar justicia de carácter, devoción a Dios, pureza de propósitos y representar el carácter de Cristo en una vida ordenada y una santa conversación.
(Carta 70, del 13 de enero de 1894, dirigida a los "Hermanos
en posiciones de responsabilidad en la Review and Herald"). 26
AUDIO: https://youtu.be/A3V5U55R4nk?si=DGc0f3q-51C41eNI
Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2:37,38).
¿Cómo Se
Justificará Una Persona Con Dios? ¿Cómo Se Hará Justo El Pecador? Sólo
por intermedio de Cristo podemos ser
puestos en armonía con Dios y con la santidad; Pero, ¿Cómo Debemos Ir A Cristo?
Muchos Formulan
Hoy la misma pregunta que hizo la
multitud el día de Pentecostés, Cuando, convencida
de pecado, exclamó: “¿Qué Haremos?”
La primera
palabra de la contestación del apóstol Pedro fue: “Arrepentíos”. Poco después,
en otra ocasión, dijo: “Arrepentíos y convertíos”. Hechos 3:19.
El
arrepentimiento comprende tristeza por el pecado y abandono del
mismo. No renunciamos al pecado a
menos que veamos su pecaminosidad. Mientras no lo
repudiemos de corazón, no habrá cambio
real en nuestra vida.
Muchos no entienden la
naturaleza verdadera del arrepentimiento. Muchas
personas se entristecen por haber pecado, y aun se reforman
exteriormente, porque temen que su
mala vida les acarree
sufrimientos.
Pero esto no es
arrepentimiento en el sentido bíblico. Lamentan el dolor más
bien que el pecado. Tal fue el pesar de
Esaú cuando vio que había perdido su
primogenitura para siempre.
Balaam,
aterrorizado por el ángel que estaba en
su camino con la espada desenvainada, reconoció su culpa
porque temía perder la vida, mas no
experimentó un sincero arrepentimiento del pecado; no cambió de propósito ni
aborreció el mal.
Judas
Iscariote, después de traicionar a su Señor, exclamó: “He
pecado entregando sangre inocente”. Mateo 27:4.
Esta
confesión fue arrancada a su alma culpable por un tremendo sentimiento
de condenación y una pavorosa expectación de juicio.
Las
consecuencias que habría de cosechar le llenaban de terror, pero no experimentó profundo
quebrantamiento de corazón ni dolor en su alma por haber
traicionado al Hijo inmaculado de Dios y negado al Santo de Israel... Todos los
mencionados lamentaban los resultados del pecado, pero no experimentaban pesar por el pecado mismo.
Pero cuando
el corazón cede a la influencia del Espíritu de Dios, la conciencia se
vivifica y el pecador discierne algo de la
profundidad y santidad de la sagrada ley de Dios, fundamento de su gobierno en los
cielos, y en la tierra... [El pecador] ve el amor de Dios, la
belleza de la santidad y el gozo de la pureza. Ansía ser purificado y restituido a
la comunión del cielo. El Camino
a Cristo, 23,24 (Ediciones Interamericanas 1961). [351]